i. El saber consiste en un conjunto de creencias verdaderas o fundamentadas. ¿En
qué consiste la verdad?. Podemos hablar
de “la verdad” en el sentido de la “realidad verdadera” , a diferencia de lo
aparente o adulterado, por ejemplo: “esta leche es de verdad, pero esta otra
está adulterada”. Sin embargo trataremos de la verdad como una propiedad de las
proposiciones o enunciados con los que nos referimos a la realidad. En un
sentido estricto sólo pueden ser verdaderos o falsos los enunciados que afirman
o niegan algo acerca de algo, diciendo lo que ese algo es o no es. Así por
ejemplo “esta mesa es de madera”. Quedan entonces excluidos expresiones como
“tráeme el mando de la tele”, “prometo
que iré a clase”, “¡qué tiempo tan bueno!”...etc.
Según la definición clásica la verdad consiste en la
correspondencia entre el pensamiento, expresado en la proposición, y la
realidad. Será verdadera aquella proposición que se corresponda con la realidad
y falsa la que no se corresponda. Por ejemplo la proposición “la pizarra es verde” será
verdadera si la pizarra es verde, y será falsa si la pizarra no es verde.
Aristóteles, primero que planteó este criterio, lo define así:
“Decir de lo que no es que eso de lo que es que no es, es
falso, y decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero;
de suerte que el que dice que algo es o que no es, dirá verdad o falsedad”.
II. CLASES DE VERDAD. De acuerdo con Leibniz se distinguen dos clases de verdad:
Las verdaderas de razón: estás corresponden a
enunciados analítico, aquellos en los que el predicado ya forma parte del
significado del sujeto.En estos casos la verdad o validez de una proposición no
se debe a la experiencia, sino de las definiciones o del significado de sus
términos.. Por ejemplo: “el padre de mi padre es mi abuelo”, “ningún soltero
está casado”, “el todo es mayor que las partes”, y también los enunciados matemáticos: “todo triángulos
tiene 180º”...etc. Las verdades de razón
son necesariamente verdaderas y su opuesto es imposible. Se dice además que son
“a priori”, es decir anteriores a la experiencia.
Normalmente se sostiene que las verdades de las ciencias
formales son verdades de razón, aunque para algunos casos hay filósofos que
discrepan de que las verdades de las matemáticas sean verdades de razón.
Las verdades de hecho: estas corresponde a
enunciados sintéticas, aquellos en los que el predicado no pertenece al
significado del sujeto y lo predicamos sólo por la experiencia es decir su
validez depende de la experiencia.. Por ejemplo”Juan es estudiante”, “los
hombres son bípedos”, “el aula es amarilla”. Se suele admitir que las verdades
de hecho son “ a posteriori”, es decir provenientes de la experiencia. Las
verdades de hecho no son necesariamente verdaderas, pueden ser también falsas.
Su opuesto es posible, pues no es necesariamente falso y puede ser verdadero.
Normalmente se admite que las proposiciones de las
ciencias empíricas son verdades de hecho.
Para Leibniz no hay duda
de que los juicios analíticos son a priori y los juicios sintéticos son
a posteriori. Pero Kant discrepó en un punto esencial, consideró que además de
los juicios analíticos (a priori) y de los juicios sintéticos (a posteriori),
hay que admitir juicios sintéticos a priori. Estos no se siguen de la pura
definición de los términos pero hay que suponerlos en todos los juicios
empíricos, por ejemplo: “todo cambio obedece a una causa” (juicio sintético a
priori). Este juicio esta supuesto en “la lluvia provoca accidentes de tráfico”
(juicios sintético a posteriori).
III. CRITERIOS DE VERDAD, son las razones por las que
se considera una creencia verdadera. Estos criterios suponen en lo fundamental
la definición tradicional de la verdad como correspondencia entre el pensamiento
y la realidad, aunque en los dos últimos casos se valoran otros aspectos.
Tenemos: la evidencia, la coherencia, la utilidad
práctica, el consenso.
La evidencia: consiste en “ver claro” algo, captar
algo de manera inmediata, sin apoyarse en otras verdades. Esta presencia
inmediata de algo a la mente de una forma clara e inconfundible se denomina
“intuición”.
La evidencia suele ir acompañada de la certeza. Se
entiende por tal el sentimiento de seguridad que tenemos de que algo es
verdadero. Según Descartes algo es cierto si es indubitable, por lo que la
certeza se opone a la duda, o mejor, a lo que puede ser objeto de duda.
La coherencia: Las diferentes verdades se organizan
en un sistema, con lo que toda verdad pertenece a un sistema de saber. La
coherencia consiste en tomar por verdaderas aquellas creencias que son
concordes con el sistema de nuestro saber, o en general con el conjunto de
nuestra experiencia.
El criterio de coherencia más importante es que las
proposiciones no sean contradictorias, ni den lugar a contradicción. Esto
implica en muchos casos que las proposiciones sean deducibles del resto de las
proposiciones o creencias de un sistema de saber.
Por lo general la coherencia es el principal criterio de
verdad de las ciencias formales.
La utilidad práctica: Es evidente que todo saber
guarda una u otra relación con las necesidades prácticas de la vida humana.
Algunas filosofías consideran como principal criterio de la verdad de una
teoría o creencias el que tengan aplicaciones prácticas y sean útiles para
resolver los problemas y satisfacer las necesidades humanas. Así se considera
valida una teoría científica en la medida que tenga aplicaciones tecnológicas
útiles para la vida.
Algunos utilitaristas o pragmatistas llevan este criterio
hasta el extremo de cuestionar que la verdad sea la correspondencia entre el
pensamiento y la realidad, en lugar de lo que defienden el éxito práctico, la
capacidad de alcanzar resultados concretos capaces de transformar la realidad.
El consenso: descarta que pueda haber una
correspondencia efectiva entre el pensamiento y la realidad, o que al menos se
pueda esto presentar de forma evidente a todos por igual. Al no ser esto
posible lo que se tenga por verdadero ha de resultar del acuerdo al que lleguen
por medio del diálogo los miembros de una comunidad científica dedicados a un
mismo tipo de problemas.
La teoría del consenso se basa en la idea de que los
individuos o grupos de individuos tienen diferentes puntos de vista sobre lo
que es verdadero y correcto. Sin embargo todos necesitamos y pretendemos
alcanzar un punto de vista común para poder comunicarnos ,entendernos mejor y
progresar. Se pretende de esta manera que la verdad adquiera una dimensión ínter
subjetiva, es decir común a todos los sujetos.
IV. ALGUNAS CONSIDERACIONES HISTÓRICAS. La verdad en la historia de
la filosofía.
1.-Filosofía griega. Se debe a Platón y
Aristóteles el establecimiento de la concepción tradicional de la verdad como
correspondencia.
Aristóteles planteó por primera vez la definición de la
verdad como correspondencia entre el pensamiento y la realidad. También planteó
el criterio de que cualquier afirmación verdadera debe respetar el principio
de no contradicción: no es posible que A sea a la vez y en el mismo
sentido no A .
La principal preocupación de los filósofos griegos sobre
esta cuestión se refiere al problema de cómo diferenciar la ciencia de la opinión. La ciencia es el
conocimiento universal y necesario fundado en razones últimas. La opinión es el
conocimiento espontáneo debido a la experiencia cotidiana, pero sin haberlo
fundamentado en razones. La diferencia entre ambas obedece al objeto al que ambas se dirigen: la
ciencia es un conocimiento universal y necesario por que versa sobre lo
permanente, fijo y común a todas las cosas. La opinión por el contrario se
refiere a los individuos particulares, que como tales son cambiantes, presentan
rasgos diferentes y son pasajeros. Por eso es conocimiento particular, mientras
la ciencia es un conocimiento universal.
Compartiendo este planteamiento general Platón y
Aristóteles discrepan en la forma de entender el contenido de lo que es universal y permanente, o si se quiere de
la esencia común de las cosas. Para Platón
esto consiste en las Ideas, una estructura inteligible que tiene existencia
propia, son eternas y transcienden la realidad sensible. Para Aristóteles las
esencias son inmanentes a las cosas, y constituyen la forma de estas, la
configuración ordenadora de su materia.
2.-La filosofía moderna.
Aceptando la idea de que la verdad es la correspondencia
entre el pensamiento y la realidad, se preocupan fundamentalmente por alcanzar la certeza en nuestros
conocimientos. Se trata así de establecer el criterio por el que podamos estar ciertos, absolutamente
seguros de estar en posesión de la verdad.
¿Cómo estar seguros de que nuestros conocimientos son
verdaderos?, por ejemplo: ¿cómo estar seguros de que el testimonio de los
sentidos coincide con la realidad?.
Descartes planteó por primera vez este problema y la
necesidad de dar con un método que garantice la certeza. Todo saber o
ciencia será verdadera sólo en el caso de que se atenga al método común a todas
la ciencias basado en la universalidad de la razón.
Se han ofrecido varias alternativas a este problema:
a)El racionalismo, cuyos representantes más
importantes son Descartes y Leibniz:
podemos estar ciertos de las ideas que comprendemos con claridad
y distinción, es decir que no confundimos con otras y de las que captamos todas sus notas o
propiedades. Para estar seguros tenemos que descartar aquellas ideas o juicios
que puedan ofrecer alguna duda y admitir
sólo los indubitables. Por ejemplo es indudable que “pienso, luego existo”.
El racionalismo apuesta por la precisión y exactitud,
razón por la que toma a las matemáticas por el modelo de todo conocimiento.
b)El empirismo, uno de sus principales
representantes es D. Hume. Para los
empiristas también hay que establecer un criterio cierto y seguro de que
nuestros conocimientos son verdaderos. La fuente de la certeza sería para ellos
el testimonio de los sentidos, lo que sin duda alguna percibimos sensiblemente.
Cualquier concepto o idea será verdadero si proviene de alguna experiencia
sensible o se puede derivar de alguna experiencia sensible.
3.-La filosofía contemporánea.
La filosofía contemporánea tiende a abandonar la
confianza en un método universal que garantice la certeza y objetividad de todos nuestros
conocimientos. Entre las diferentes alternativas tenemos el perspectivismo y la
solución fenomenológica.
El perspectivismo subraya la idea que no hay una
verdad absoluta que permanezca idéntica así misma, sino que la verdad obedece a una perspectiva o puntos de vista
relativo a las circunstancias en las que se encuentra cada individuo o grupo de
individuos. Las soluciones perspectivistas suelen ir unidas a posiciones pragmatistas.
Estas defiende que lo verdadero consiste en la utilidad práctica (véase).
Las soluciones
perspectivistas más destacadas corresponden a F. Nietzsche y a Ortega
y Gasset. Para Nietzsche la verdad
es aquella perspectiva o punto de vista que permite a los individuos de
una determinada cultura desarrollar sus posibilidades dirigidas a dominar la
realidad e incrementar las expectativas
vitales. Se trata así de un perspectivismo vitalista.
Para Ortega tenemos por verdad aquella perspectiva que
está en consonancia con nuestra orientación vital y sirve para desarrollar
nuestros proyectos vitales. Sin embargo es preciso también que busquemos una
orientación radical, no conformarnos con dar nada por supuesto y alcanzar por nosotros mismos las razones
últimas desde las que orientarnos. Se trata así de un perspectivismo ratio
vitalista.
La solución fenomenológica plantea recuperar la
evidencia como criterio de verdad ateniéndonos a describir las ideas que
percibimos cuando tenemos experiencia de alguna cosa o problema.
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