“El árbol de la vida” de Terrenc Malick me ha parecido la película más
atrevida y desconcertante de nuestro tiempo. Aborda una temática inaudita con
un desbordamiento estilístico rayano en la temeridad, alcanzando la perfecta
simbiosis característica de una obra consumada. Por la temática, orbita en el
universo de los Dreyer, Rossellini y si se me apura Bergman.
Incorporo apuntes de Filosofía de primero y segundo de Bachillerato a palo seco que sólo tienen sentido como punto de arranque para comentar y dialogar, cosa que intenté en mis clases quizás con algo de voluntad y no mucho acierto. También introduzco comentarios y sugerencias más otoñales que primaverales por si hubiera algo que filosofar. La ilusión declina cuando se pasa del asombro a la perplejidad. Pero tal vez también el pensamiento escriba recto con reglones torcidos.