0.Prólogo.
1.-Caracterización
de la ética.(5-33)
Trata de la
necesidad de fundamentar la Ética concebida como una “metafísica de las
costumbres”, entendiendo por metafísica la reflexión sobre los principios
universales de las costumbres morales.
El tema de la ética
son “las leyes de la libertad”, a diferencia de las ciencias de la naturaleza
que se ocupan de “las leyes de la naturaleza” (10). Ya de principio Kant separa
su concepción de la ética de cualquier planteamiento naturalista.
En tanto que teoría
racional se ha de basar en “principios a priori” y ha de estar dirigida a
determinar “los objetos del entendimiento”, en este caso las costumbres y
códigos morales. Por tratarse de algo práctico (es decir que regula la
actuación del hombre) tiene también una parte sensible, además de su
fundamentación racional. (33). Queda entonces por aclarar si es necesario
investigar las posibilidades que tiene la razón pura de suministrar esos
principios a priori al igual que habría que hacer con la Física (60)
2.-Su fundamento ha
de ser racional (y como tal universal y
necesario) (73-100)
-lo atestigua el
sentimiento común del deber (73)
-esta implícito en
la pureza que ha de tener la ley moral (85)
3.-Necesidad de la
misma (100-150)
-para descubrir el
origen de los principios a priori (100)
-para que haya un
hilo conductor de la moral (101)
-para evitar su
confusión con la sicología (como hace C. Wolff), pues no es lo mismo los
objetos singulares del querer, que el objeto universal de todo querer. Esto
segundo requiere admitir la idea de una “voluntad pura posible” (135) sin la
cual la ética sería imposible.
4.Conclusión: la fundamentación ha de ser una
crítica de la “razón pura práctica” (150) que coincide como veremos con la
“voluntad pura”. Esta idea está en sintonía con el “sentido común” (158).En
este sentido la fundamentación tiene por fin “la investigación y el asiento del
principio de moralidad” (175) que como seres racionales todos reconocemos.
I PRIMERA PARTE De la conciencia moral vulgar de la razón al conocimiento filosófico.
Trata K. en esta
primera parte de derivar el principio de moralidad a partir del hecho evidente
para todos de que lo que otorga valor moral a lo que hacemos es la buena
voluntad con la que actuamos. Su
argumentación sigue tres pasos: 1º Sienta el principio de la buena voluntad
como punto de partida; 2º Aclara el contenido de la buena voluntad por la idea
del deber; 3º esclarece la naturaleza de la ley moral desde la idea del deber.
1º La buena
voluntad como punto de partida de la moralidad.(200-325)
El principio
general es “nada puede pensarse bueno sin restricción, a no ser tan sólo
una buena voluntad” (200). Es muy importante el matiz subrayado pues como veremos
sirve para indicar la forma como es posible la buena voluntad en el caso del hombre. En efecto en nuestro
caso la voluntad siempre está restringida, limitada por la fuerza externa de la
sensibilidad.
Este principio se
explica en el sentido de que nada tiene valor
sino se acompaña de una buena voluntad, por lo que ni siquiera la
felicidad lo tiene en sí misma. Así lo que vale moralmente es “ser dignos de
ser felices” en virtud de la buena voluntad. (215).
Presta así especial
atención a demostrar que el fin de la razón no puede ser la felicidad (265-300), lo que sería un
absurdo ya que para ello basta el instinto.
Hay que concluir
que el fin de la razón es producir una buena voluntad, lo que hace de ésta el
bien supremo del hombre (300-310).
2 .-La asociación
de la BV por el concepto del deber.(325-485)
Si bien sólo es
bueno una BV sin restricciones, es indudable que para obrar bien el hombre
tiene que proponerse lo que ha de hacer como producto de un deber (en abstracto
es bueno estudiar, pero yo sólo estudio si tengo claro que “debo estudiar”).
Este recurso obedece según Kant a nuestra naturaleza sensible, en virtud de la
cual hay que hablar de una BV pero con restricciones (330). Para vencer las inclinaciones sensibles la
razón ordena a la voluntad cual es
su deber.
La unión de la BV
con el deber llevar a tres proposiciones:
a)sólo es bueno
lo que se hace por deber (330-430)Esto se aclara
porque es preciso distinguir entre obrar conforme al deber y obrar por deber
(335 ss). Kant lo aclara con una serie de ejemplos (el del comerciante, el de
la auto conservación y el de la beneficencia, la filantropía y la felicidad).
Es interesante fijarse en los tres
últimos casos donde justifica que
el valor moral de una acto estriba en que se haga no “por inclinación sino por
deber” (400 y 420), aunque esta inclinación sea
el afecto o el amor. No es extraño que Kant interprete el mandato
cristiano de “amar al prójimo como a uno mismo” en términos de deber y no de
“amor patológico” (430).
b)El deber es un
principio formal(430-45): ”una acción hecha por deber tiene su valor moral,
no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar sino en la máxima
por la que ha sido resuelta...”(435)
Se trata en suma de
atender a la hora de valorar moralmente una acción de fijarse no en el
contenido de ésta, ni en lo que se pretende conseguir sino “en el principio de
la voluntad” (445), lo cual por hacer abstracción de los fines que se persiguen
es un “principio formal” (445)
c)”el deber es
la necesidad de una acción por respeto a la ley” (450-480).
Se sigue de los dos puntos anteriores el obrar
por deber coincide con el único motivo moral posible: “el respeto puro a la ley
práctica aun con perjuicio de todas mis inclinaciones” (465). El respeto a la
ley se contrapone así con las inclinaciones o afectos naturales, razón por la
cual el valor moral de la acción depende de que fundamento de la voluntad (es
decir la máxima que esta se da) sea “la representación de la ley en sí misma” (475).
3. La ley moral
práctica (485-590)
Si el valor moral
consiste en obrar por respeto a la ley se trata de aclarar en que consiste la
ley práctica moral que merece ese respeto. Kant supone sin necesidad de
indicarlo que obramos por máximas (reglas que nos damos por las que hacemos
algo). La ley moral no será una máxima entre otras sino aquella que se atenga
como criterio exclusivo al universalismo legal, puesto cabe exigirla a
todos por igual. Según ello la ley moral dice : “yo no debo obrar nunca más que
de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal”
(490). Por ejemplo resulta imposible que yo ponga como ley universal la máxima
de incumplir mis promesas, porque entraría inmediatamente en contradicción.
(500-35)
Este principio es
según Kant congruente con lo que dice la razón vulgar, la cual por no precisar
de pruebas se siente como más segura que la razón teórica (o filosofía) que
busca pruebas y razones (550-585). Sin embargo ésta es necesaria para prevenir
que la razón vulgar se corrompa, lo que puede ocurrir fácilmente (590-615)
II PARTE.
Tránsito de la filosofía moral popular a la Metafísica de las Costumbres.
Éste capítulo
responde a la cuestión :¿Cómo es posible que la razón práctica sea el
fundamento de la ley moral?.
Una vez examinada la razón de ser de la evidencia moral (la BV) trata
en este apartado de fundamentar la ética en principios puros o racionales. Para
ello recorre el camino inverso del capítulo anterior: parte de la razón
práctica para derivar de ahí la ley moral y como consecuencia de ello la naturaleza
de la voluntad en su dimensión moral. Éste capítulo se puede dividir en cuatro
partes:
Primero parte de la
necesidad de una ética (aquí la denomina metafísica) fundada en la razón
práctica. En segundo lugar explica la necesidad de entender la voluntad como
razón práctica. En tercer lugar explica
el Imperativo categórico y sus diversas fórmulas. En cuarto lugar concluye la
autonomía de la voluntad como principio supremo de la moralidad.
1.-Necesidad de una Metafísica fundada en la
razón práctica (640-815)
Esto se debe a la
imposibilidad de demostrar empíricamente la moralidad (640-660), por lo que
requiere un fundamento a priori (675-680), interpretando desde esa perspectiva
algunas ideas del evangelio sobre Dios (710) y de la filosofía popular (730).
La superioridad de
la razón sobre la sensibilidad hace que la razón no precise de ayudas sensibles
para motivar nuestra conducta (770-775)
Como conclusión
tenemos que :
-que toda conducta
moral tiene su origen a priori en la razón y no en la sensibilidad (785)
-que la ley moral
se debe derivar del concepto universal
de un ser racional (795)
-que se debe
exponer “la facultad práctica de la razón desde sus reglas universales hasta
allí donde surge el concepto de deber” (815) <lo primero se refiere al Imperativo
categórico y lo segundo a la voluntad autónoma>.
2.-La voluntad como
razón práctica.(820-1025)
En la medida que la
ética se ha de basar en la razón y que nuestra conducta depende de la voluntad
tenemos que la voluntad moral es razón práctica. (véase la importante
definición de la voluntad como razón
práctica partir de que nuestra conducta se sigue de la posibilidad de
“representarnos leyes (820-25”). ¿Cómo entender esa ley?:
a)
Como un imperativo.(840-865). Al
ser la ley constrictiva por cuanto la razón no puede determinar totalmente,
ante la resistencia sensible (825-40), tenemos que su representación es un
mandato y su fórmula un imperativo (840).
En
esto conviene distinguir entre la dimensión subjetiva de la ley (lo que nos
mueve a seguirla) y la dimensión objetiva (lo que ella establece). La ley moral
es imperativa para los humanos desde un punto de vista subjetivo, pues somos
seres con inclinaciones sensibles (845-65).
b)La diferencia
entre el imperativo categórico y el hipotético (875-1025)
-El I.H. es problemático y asertórico
(=contingente y descriptivo). Son de este carácter las propuestas relativas a
la felicidad o los consejos para la sagacidad (890-915)
-El I.C. es
apodíctico-práctico (=necesario y dirigido a la acción) y pone por encima de
cualquier fin o propósito el deber, por lo que es el único imperativo de
moralidad (930).
De forma académica
explica la diferencia entre los imperativos técnicos, pragmáticos y morales y
explica como son posibles cada uno (955-1020 ss) Dentro de ello vuelve a rechazar que el fin de la felicidad pueda
ser objeto de un imperativo moral por la ambigüedad de su concepto (980).
3.-El Imperativo
categórico.(1020-1710)
3.1.Posibilidad del
Imperativo categórico(1020-1065).
Los imperativos
hipotéticos (pragmáticos y técnicos) son posibles porque están subordinados a
algún fin material, de modo que son medios para ese fin. Pero en el caso del
Imperativo moral eso no es posible pues el mandato es incondicional (no se
propone fin alguno). ¿Cómo es posible entonces el imperativo de
moralidad?(1025).
No cabe prueba
empírica a favor del mismo (1040), es decir no podemos saber si es capaz de mover nuestra conducta ni de
la nadie... Sólo cabe por tanto partir a
priori de su posibilidad (1050) en virtud de que es el único que se expresa
como ley práctica (1060).
Se sigue que tiene
el carácter de una proposición sintética práctica a priori (1065), es decir no
deriva de la experiencia sino que está supuesta necesariamente en toda
experiencia (en este caso la experiencia moral) para hacerla posible.
3.2.Las fórmulas
del Imperativo categórico.(1070-1500).
1ª
Fórmula.<Principio de universalidad>. Siendo una proposición sintética a
priori se trata de
hacer seguir su fórmula del mismo concepto de imperativo categórico. Este no contiene
otra cosa que “la necesidad de la máxima de conformarse con la ley” (1080)
<es decir la coherencia con la razón>.
De donde que el IC
dice: “obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se
torne ley universal” (1085).
Esto equivale a
obrar “como si la máxima de tu acción debiera
tomarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza” (1095)
Explica y aplica
este criterio a una serie de deberes prácticos(1100-1175): no suicidarse (deber
hacia sí mismo negativo); cumplir las promesas (hacia los demás, negativo);
desarrollar los propios talentos (hacia sí mismo, positivo); ayudar a la
felicidad ajena (hacia los demás, positivo).. El denominador común de su
argumentación es que sería incoherente hacer de lo contrario una ley universal
(suicidarse, mentir, no perfeccionarse, pasar de los demás).
Concluye que la
universalidad del principio no mengua por la resistencia de la sensibilidad, al
contrario la oportunidad de vencerla le otorga su verdadera fuerza (1180-200).
El deber por tanto se debe expresar como un Imperativo categórico (1205), que
se deriva a priori y no por el
sentimiento, en lo que hace una crítica velada a D. Hume (1215-50).
2ª Fórmula.
<Principio de humanidad>.
Esta segunda
formulación concreta el sentido del IC al ligarlo con la naturaleza de la
voluntad a la que se dirige. Mientras la primera fórmula consiste en su
dimensión objetiva por la que el IC es una ley objetiva práctica(1265)
<no en el sentido de las leyes naturales o fenoménicas sino en cuanto obliga
a todos por igual incondicionalmente y no depende de la subjetividad singular
de cada cual>, la segunda tiene en cuenta la condición subjetiva de la
voluntad (es decir facultad personal). Establece que el IC tendría que estar
enlazado con el concepto de una voluntad pura en general de un ser racional
(1255). En la medida que sea racional se trata de ver de que manera la razón
determina a priori a la voluntad (1275).
Hay que tener en
cuenta que nuestros actos se determinan por la voluntad y que esta se propone
fines, por lo que la razón sólo puede determinar los fines de la voluntad si
estos son absolutos, no son medios para otro fin. Al mismo tiempo tiene que ser
un fin universal, necesario para todos por igual.(1285-300).
El fin objetivo (es
decir universal) y no subjetivo (es decir singular) para la voluntad será “algo
cuya existencia tenga un valor absoluto”(1300). Se trata entonces del hombre
(1305) , en su humanidad o en cuanto que es persona(1320) <sujeto de
derechos y capaz de determinarse libremente> , y por consiguiente sólo el hombre en su humanidad es “un fin
objetivo en sí mismo” (1335), “nunca
solamente un medio” para otro fin.
La 2ª formula dice
así: “obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la
persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
solamente como un medio” (1345).
De nuevo se aplica
esta fórmula a los ejemplos anteriores, con el argumento común que de no
cumplirla se utilizaría al prójimo y a uno mismo como medio y en contra de la idea de
humanidad (1345-85). Lo más importante es la aclaración de que la aplicación de
este principio hay que entenderla como una “condición limitativa” en las
relaciones humanas y en general de todos nuestros fines
subjetivos(1392)<pues es natural buscar el propio beneficio al tratar con
los demás pero se trata de no hacerlo a costa del otro, de ahí que diga “como
un fin al mismo tiempo nunca solamente como un medio”>.
3ª
Fórmula.(1390-1565): la autonomía moral y el reino de fines.
a)La síntesis de
las dos fórmulas anteriores, uniendo el aspecto objetivo (su universalidad) y
el aspecto subjetivo (la humanidad del
hombre como fin de la voluntad), uniendo la razón práctica y la
voluntad(1390-400), es la idea de “la voluntad de todo ser racional como una
voluntad universalmente legisladora” (1405). <Dicho de otra manera: por
una parte la razón no sólo se representa leyes sino que las crea (es decir
legisla); por otra parte la propia voluntad no sólo se dirige a sí misma sino
que lo hace como si gobernara para todos ( es universal)>.Este principio
obliga a rechazar cualquier máxima que sea incompatible con una voluntad
autolegisladora (1410). Sólo en el casode una voluntad de este tipo se puede
hablar de una voluntad que decide de forma completamente desinteresada (1445).
b)De acuerdo con
ello la ética se atiene al principio de la autonomía de la voluntad
, (1465) es decir la idea de que la moralidad radica en una voluntad que se
determina a sí misma ajena a interés externo, y rechaza la heteronomía
de la voluntad (la dependencia de interés o fin externo).Según este principio
cada uno ha de verse como legislador universal.
c)De ello se sigue
la idea de un “reino de fines”,(1470-1565) que es ”el enlace
sistemático de distintos seres racionales por leyes comunes” (1470-75)<que
sería un mundo u orden social en el que los hombres se enlazasen como personas,
es decir como sujetos con voluntad autónoma>.
Entre sus
características tenemos que
-Tal reino es un
ideal (1480) que no se debe confundir con la sociedad real.
-el hombre pertenece al mismo en cuanto legislador universal y además
sujeto a leyes (1490).Por ello el vínculo común es el deber. (1505)
-este reino atiende
la dignidad propia de las personas, cuyo reconocimiento es el
sentimiento de respeto, primando así la dignidad y no el precio
(1535-50).<Nótese que esa dignidad proviene de nuestra libertad, de la
autonomía de la voluntad>
-conclusión: en
virtud de su autonomía el hombre es apto para ser miembro de un reino de
fines.(1555-65)<es decir de una comunidad moral>
Tenemos así que de
la idea de una voluntad auto legisladora se desprende el ideal de una comunidad
moral que guiaría los actos del hombre para aproximarse a ese ideal.
A ello corresponde
la formulación más definitiva: ”todas las máximas, por propia legislación,
deben concordar en un reino posible de los fines, como reino de la naturaleza”(1585)
La explicación de
la estructura de las fórmulas y la recapitulación de las misma con su enlace
sistemático (1570-1710).La primera fórmula responde al aspecto formal (no
contradicción); la segunda al aspecto material (el hombre como fin) y la
tercera a la determinación de todas las máximas posibles (concordancia con un
reino de los fines) (1575-85).
4.-Conclusión
general: establecimiento de los principios morales(1715-1865).
a)La autonomía de
la voluntad es el principio supremo de
la moralidad (1715-1730)
Se explica como la
autonomía estriba en que la misma constitución de la voluntad consiste en darse
su propia ley “con independencia de los
objetos del querer(1715). De modo que por una parte la voluntad se obliga a ser
autónoma (1725) y como voluntad libre sólo puede quererse a sí misma (1730). De
ahí que el sentido del Imperativo categórico sea a fin de cuentas que actuemos
autónomamente.
b)Los principios
heterónomos son improcedentes (1735-1790)
Se detiene
especialmente a criticar el principio de felicidad y el principio de perfección
(1765-1785). Hay una crítica velada a Hume cuando rechaza la pretensión de
apelar al “sentimiento moral” para fundar estos principios, pues este
sentimiento no tiene razón de ser como un sentido independiente.(1775)
c)conclusión
definitiva: la identidad entre la autonomía y el formalismo moral.
La BV es la
voluntad autónoma que no contiene ningún fin concreto sino sólo “la forma del
querer en general” (1850), consistente en no tener otra ley que convertir toda
máxima de la voluntad en ley universal.
Siendo esta máxima
una proposición sintética a priori se trata de indagar cómo es posible y porque
es necesaria en la práctica . Hasta
ahora no se ha justificado sino su posibilidad y necesidad teórica. Por lo que
hace falta pasar del proceder analítico de éste capítulo al proceder sintético
(1865).
III PARTE. DE LA
M.C. A LA CRÍTICA PURA PRÁCTICA.
1.-El concepto
de libertad es la clave para explicar la autonomía de la voluntad.
- Se aclara
primero el concepto de libertad
coherente con la perspectiva moral. Hay que evitar la confusión con el sentido
meramente negativo de libertad como causalidad interna opuesta a la necesidad
natural(1875), mientras que la libertad moral, o como dice la definición
positiva de la voluntad libre entiende ésta como “sometida a leyes morales”
(1895) <opuesta por tanto a las inclinaciones sensibles>.
-Se justifica tal
concepto que tiene carácter sintético por cuanto se precisa de un concepto que
enlace la BV y la ley universal (1900): la voluntad al regirse por la ley
universal racional es libre.
2.-La
libertad como propiedad de la voluntad
debe presuponerse en todos los seres racionales.
-sólo puede haber
libertad, condición de la moralidad, si la libertad es propiedad de todos los
seres racionales (1915). Y efectivamente los seres racionales tienen libertad
por cuanto su razón es práctica, ya que esta causa sus objetos y crea su propia ley. Por tanto no hay voluntad
propia sin la idea de libertad (1940).
3.-Del interés
que reside en las Ideas de moralidad.
Tenemos que la
libertad es una idea, no una realidad demostrada. Hay que aclarar en qué
sentido:
-La idea de
libertad es un postulado moral: aunque indemostrable, es un supuesto
imprescindible para el concepto de todo ser racional (1945)
-Surge sin embargo
el problema de su posibilidad en términos prácticos y no meramente teóricos
como hasta ahora. ¿Qué interés puede venir de la razón que valga más que los
intereses sensibles?, o lo que es lo mismo :¿por qué debo someterme a las leyes
morales?.
Si apelo
simplemente a la libertad puedo caer en un círculo vicioso (2000) pues he construido la idea libertad a partir
de las leyes morales (es decir como obediencia a las leyes morales (1985-2000)
-La solución es que
libertad es una posibilidad, o sea es una idea realizable, por cuanto no tiene
que ver con el orden de los fenómenos sino con lo nouménico o la realidad en
sí. (2025) Es así “causalidad interna”, lo que nos lleva un punto de vista
diferente de la causalidad externa <juzgamos a alguien moralmente dando por
su puesto que tiene el poder de causar sus actos racionalmente, aunque
objetivamente sólo podemos conocer las causas externas de su conducta>
<conviene tener
en cuenta que según Kant no tenemos conocimiento inmediato de esta libertad o
causalidad interna sino sólo un sentimiento de su efecto en nuestras vivencias,
del que cabe suponer que esta causalidad está en su base(2040)>
-De acuerdo con la
diferencia entre el fenómeno y el noúmeno se hace preciso distinguir entre el mundo inteligible y el mundo sensible (2040-45), así
como entre la razón y el
entendimiento (2055-65).
Se concluye
lógicamente que el hombre en cuanto ser racional pertenece al mundo inteligible
( es decir se juzga por las leyes morales) (2070) y si nos pensamos como libres
nos incluimos en el mundo inteligible (2095).
4.-¿Cómo es
posible un Imperativo categórico?
-Pertenecemos tanto
al mundo inteligible como al sensible, desde diversas perspectivas, pero el
segundo depende del primero (ya que es la realidad en sí). Se sigue que las
leyes del mundo inteligible mandan sobre las sensibles, y lo hacen en forma de
imperativo (se dirigen a la voluntad). (2125)
-Este imperativo
categórico es un juicio sintético a priori por cuanto se pone por encima de las
inclinaciones sensibles (a la manera como las categorías del entendimiento
ordenan los datos sensibles) 2130-35. La prueba es nuestro sentimiento íntimo:
hasta el mayor bribón se siente en el fondo con buena voluntad y lamenta no
haberlo demostrado (2140-160) <en este punto Kant hace suya a su manera la
idea de Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza>
5.-De los
extremos límites de toda filosofía práctica.
Trata de aclarar
finalmente cómo son compatibles la libertad moral y la necesidad natural (es
decir lo nouménico y lo fenoménico), lo que en el fondo plantea la
compatibilidad entre las conclusiones de la CRP y de la CRp.. Las ideas
fundamentales son:
-Siendo la libertad
una idea (no un fenómeno), hay que suponer que entre ella y la necesidad
natural no hay verdadera contradicción y que ambas son perspectivas necesarias
para entender al ser humano (2190)
-No hay
contradicción al pensarnos en dos sentidos distintos: hay razones para
representarnos como fenómeno (la experiencia sensible) y como noúmeno (la
conciencia de sí mismo) (2230-45)
-El error de la
Razón pura no estriba en pensarse como miembro del mundo inteligible
sino en pretender intuirse (tener experiencia sensible) en el mismo
(2270). Por ello no hay que pensar el mundo inteligible como algo real (es
decir un hecho constatable) sino como condición formal de toda la
conducta humana (2290)<la condición limitativa de nuestras máximas>
-Por el contrario
es imposible explicar cómo es posible la idea de la libertad, pues es
“mera idea” y una suposición valida para todo ser racional (2305)
-La contradicción
entre el fenómeno y el noúmeno desaparece si se tiene en cuenta que tras los
fenómenos están las cosas en sí aunque ocultas (2320), de lo cual es indicio el
sentimiento moral (2325). No sólo la razón esta por detrás de la sensibilidad
sino que predomina sobre esta (2330-2350).
-El Imperativo
categórico es posible por la idea de libertad (es decir siempre nos podemos
regir por la ley moral ya que somos causa de nuestros actos). Pero cómo esto
sea posible ,<es decir de que forma la libertad se puede hacer valer
sobre las causas externas>, es algo que excede la capacidad humana (2360-80).
-Como conclusión
final tenemos: que la idea de libertad ligada al ideal de un reino de
fines, meta final del hombre, aunque sea
inalcanzable en el mundo sensible, es de utilidad práctica para la fe
racional . (2385-420)
Al final de toda la
indagación nos hemos de conformar con la idea de que si bien no podemos
concebir una ley práctica incondicionada (es decir en la práctica es imposible
saber si nuestras máximas o motivos no están mezclados con la sensibilidad),
podemos al menos concebir las razones de su inconcebibilidad (2440-45).
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